La central del gremio le apuntó nuevamente a los delegados: “Creyeron que era un juego y me piden llorando salir del conflicto”.
Tildada como responsable de haberse corrido de un presunto acuerdo al que habían llegado las partes, la Unión Tranviarios Automotor (UTA) a nivel nacional sigue estando en la mitad del conflicto que tiene a los cordobeses por octavo día seguido sin transporte urbano de manera normal.
Después de otro duro comunicado, en jornada de domingo, en el que consideró que los delegados que gestaron las asambleas “han expuesto a trabajadores y afiliados a la confusión e incumplimiento” y con la amenaza de que podrían quedar “fuera de la cobertura gremial de la UTA”, este lunes continúan en el ojo de la tormenta.
“No se entiende que esta situación se de en gremios que se supone tienen historia, involucrandose en el marco de la ilegalidad. Se trata de delegados de sólo dos meses, ni siquiera saben de qué se trata esto”, consideró esta mañana el secretario del interior del gremio, Jorge Kiener.
Quien permaneció en Córdoba durante varios días la semana pasada dijo que le cuesta “entender” que los referentes “no encuentren la forma de salir”. A su turno, consideró que algunos “van a terminar mal”, y lamentó las acusaciones por la intervención de la Regional local, remarcando que “no nos gusta intervenir”.
“Me reuní con ellos varias veces. Y ahí lloraban pidiendo una salida. Creyeron que esto es un juego, pero tienen la responsabilidad de mejorarle la vida a los trabajadores”.