Auténtico habló de su adicción y adujo estar “enfermo” 14 años: “Me quiero levantar todos los días para darle algo a Dorados”.
Se sabía que la presentación de Diego Maradona como flamante entrenador del Dorados mexicano no era una más. Los vínculos de Culiacán con el narcotráfico generaron en todos los ámbitos reacciones de diverso tipo.
Tal vez por eso el astro argentino escogió empezar hablando de su “enfermedad”, la adicción a la cocaína, la cual lo tuvo “catorce años enfermo” y que adujo haber dejado hace quince años, “por mis hijas”.
“Tuve un montón de traspiés en mi vida, pero hoy quiero ver el sol y acostarme de noche; porque antes no hacía. Perdí mucho tiempo sin trabajar, haciendo cosas feas. Todos somos juzgados por quienes se creen dueños de la verdad. Pero no todos salen en los diarios”, sentenció.
Las primeras horas en el país, donde conducirá a un equipo del fútbol de ascenso, encontró, por caso, rechazo entre sus futuros vecinos, aduciendo los “excesos” de su vida “personal”.
Maradona subió la apuesta: “Emocionalmente estoy en mi mejor momento, me quiero levantar todos los días para darle algo nuevo a Dorados. Leí cosas que escribieron y entiendo que es su trabajo. Pero yo no mato ni miento”.
Pese a que anunció que seguirá como presidente «honorario» en el Dynamo Brest de Bielorrusia, dijo no haber llegado a un arreglo para extender sus facultades, e indicó que su deseo es «quedarme mucho tiempo acá».
También habló de la selección del país que lo vio consagrarse como campeón en 1986, plantel que también integraba el arquero Luis Islas, quien llegó como su ayudante de campo.
“Quiero que México se codee con Bélgica, no con El Salvador, con el respeto que le tengo. Quiero que sea potencia y hoy está cerca. Porque el partido que le ganó a Alemania en el Mundial es para verlo tranquilo. Eso es fútbol: presar, presar, presar… y cuando salís, salir rápido. México domó a Alemania y le ganó el partido”, sentenció.