El delegado Marcelo Marín ratificó que “se juntó todo” a la hora de los reclamos: “Queremos lo mejor para los trabajadores”.
Un complejo panorama continúa reinando el conflicto que generó que el transporte urbano de la ciudad de Córdoba no funcione, debido a las asambleas que realizan los trabajadores. No se terminaron los momentos de tensión frente a la sede de la delegación regional de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), en pleno centro.
“Estamos todos sucios, llenos de ollín, pero nunca nos fuimos de acá. Y nos van a sacar muertos, si es que no nos dan lo que estamos pidiendo. Los trabajadores estamos cansados” dijo amenazante bien temprano este martes el delegado de los choferes de Autobuses Córdoba, Marcelo Marín.
El Comisario Inspector Martín Pinto: refirió a Canal 10 que, acatando la orden de la fiscalía de Guillermo González, se dispuso «una custodia» del gremio, y que la misión es «garantizar la media calzada para mantener libre circulación», además de «evitar la quema de cubiertas». El fiscal consideró que los ánimos están «caldeados».
Desde un primer momento, el propio Ministerio de Trabajo provincial había referido que “no estaban claros los motivos” de la primera asamblea, cumplida el viernes pasado. En sus argumentos, Marín afirmó que “se juntó todo”; desde el acuerdo salarial a nivel país, con un gremio intervenido y los reclamos a las empresas por falta de frecuencias y mal estado de los vehículos.
En diálogo, afirmó que no van a “poner en riesgo la vida de los trabajadores y los usuarios”, lo que sucedería si se retoma el servicio, indicando que no habrá “ni un paso atrás” respecto a sus decisiones. “Si quieren despedir gente, van a tener que ser más de 3.500, porque estamos todos cansados de los manoseos de los intendentes de turno” remarcó.