Mauricio Rojas asumió hace 4 días. Su salida se dio tras presiones por considerar “un montaje” el Museo de la Memoria y DDHH.
Las violaciones de los Derechos Humanos en Chile tienen, al igual que en Argentina, en el Museo de la Memoria el reflejo fiel del pasado reciente y cruel del terrorismo de estado.
Hace apenas cuatro días, Mauricio Rojas había asumido como ministro de las Culturas en el gobierno de Sebastián Piñera, pero una entrevista pasada lo terminó llevando a su renuncia.
Desde diversos sectores de la sociedad se había impulsado su salida de la flamante gestión, tras dar a conocer una entrevista realizada años atrás por el periodista Roberto Ampuero, publicada en el libro “Diálogo de Conversos”.
Allí hizo consideraciones sobre el Museo de la Memoria: “Más que un museo se trata de un montaje cuyo propósito, que sin duda logra, es impactar al espectador, dejarlo atónito, impedirle razonar. Es un uso desvergonzado y mentiroso de una tragedia nacional que a tantos nos tocó tan dura y directamente”.
Con una alta presión social, el flamante presidente resolvió marginar rápidamente a uno de sus laderos. El fin de semana, Rojas había remarcado que aquellos dichos “no representan mi pensamiento actual”.