El alojamiento abrió sus puertas en 1968, soportó varias de las situaciones difíciles del país, pero esta vez, sus dueñas decidieron despedirse definitivamente de la propiedad.
Ubicado en el ingreso a la ciudad, fue inaugurado hace 53 años, convirtiéndose en parte de la historia turística de la villa.
Lisa Temperini, una de las tres hermanas propietarias del hotel, recordó que fue el señor Castelleti, propietario del Hotel Castells, quien alentó a su padre a levantar un edificio en esos terrenos desde donde se veía todo el Valle de Punilla.
“Este hotel estaba aislado y nuestra casa era muy grande, así que Castelletti lo alentó a mi padre a hacer un hotel. Él trabajaba con el tema de las lajas y con eso se hicieron de a poco las primeras seis habitaciones”.
“Nosotras éramos tres mujeres y mi padre vio que era un negocio apto y que nos podíamos desarrollar en esto. Los primeros años se abría sólo en temporada y lo fuimos haciendo de a poco. Vendió un campo que tenía y esta última parte la hizo para dejar algo que nos gustaba”, relató.
En cuanto al cierre dijo que, como todo argentino, el lugar ha soportado varias crisis, pero esta “es muy dura” y por eso la familia decidió que sea la última del hotel.
“Decidimos que para poder arreglarlo con el personal y con todo el mundo, era el momento de cerrar”, lamentó.