En las últimas horas de ayer, seis de los ocho delegados que representan a los trabajadores de la empresa Autobuses Córdoba (Aucor), una de las prestatarias del transporte urbano en la ciudad, fueron notificados de una suspensión para desempeñar tareas.
El contexto es el conflicto que dejó a la capital sin servicio durante nueve días consecutivos a principios de este mes y, según Marcelo Marín, “no hay plazo” por el que rige la sanción, pero incluye la imposibilidad de ingresar a las dependencias de la firma.
“Anoche se apersonó un escribano con la intimación para que firmemos. Dice que somos un peligro en potencia para terceros, para la empresa, para todos” describió el delegado.
Con el condicionante de que durante junio no le fue permitido el ingreso a Aucor por estar incluido en tal condición “en el libro de guardia”, Marín le dijo a radio Universidad que habían enviado (tanto él como sus pares) cartas documento exigiendo respuestas, las cuales “no fueron respondidas”.
No pasó desapercibido en los últimos días que, en medio del intento del Ministerio de Trabajo de la Provincia de retomar la conciliación obligatoria que solucione la situación de más de doscientos choferes despedidos de las cuatro prestatarias, existan pedidos extraoficiales para que se aparten de su condición de delegados, con lo cual caerían fueros que le corresponden por leyes laborales.